
Yo creo que la arquitectura de igualdad sí puede acompañar los avances feministas «desde dentro». Los Consejos Locales de Mujeres son un perfecto instrumento para introducir enfoques feministas en los Gobiernos y Administraciones Locales.
Yo creo que la arquitectura de igualdad sí puede acompañar los avances feministas «desde dentro». Los Consejos Locales de Mujeres son un perfecto instrumento para introducir enfoques feministas en los Gobiernos y Administraciones Locales.
Hace unos días volvía de Málaga pensando que sí, que vamos avanzando, que no sé si el feminismo esta de moda o no pero que hay muchas personas con un pálpito similar sobre el tremendo retraso social que supone el sistema de sexo/género y sus efectos sobre nuestras vidas. Aunque todavía quedan muchas también que se resisten a incorporar medidas específicas para combatirlo.
Cuando pensamos en la desigualdad de género, las violencias machistas son lo primero que se nos viene a la cabeza. Nos imaginamos una mujer golpeada, un cuerpo agredido, una muerta. Es en el cuerpo de las mujeres en donde se cuelgan las insignias de la violencia machista, como subraya Rita Laura Segato.
Lo cierto es que los asesinatos machistas son la expresión más atroz de la desigualdad de género. Pero para acabar con ellos no hemos de volcarnos tanto en el perpetrador sino en el funcionamiento de todo un sistema.
Las Tertulias Feministas de Majadahonda es un espacio de discusión y aprendizaje colectivo en torno a temáticas que tienen que ver con el género y el feminismo. Tiene carácter abierto y mixto y comenzó su andadura en el municipio en la primavera de 2016.
El pasado 24 de Noviembre, las personas que integramos este nuevo espacio feminista en Majadahonda hicimos su presentación pública en La casa de la Cultura Carmen Conde con un acto que invitaba a la reflexión sobre la relación de las mujeres con la violencia patriarcal, pero no tanto como víctimas de ella, o no sólo, sino como agentes que pueden llegar a asumir en sí mismas formas violentas contra el patriarcado. El Día Internacional contra las violencias machistas, #25N, nos sirvió como telón de fondo.
Esta es una España despoblada.
Dentro de 50 años, nuestro país estará habitado por 5,4 millones de personas menos que hoy (INE, octubre 2016). Entretanto, Bruselas sigue alertando del peligro de despoblación de la España rural (junio 2016, eldiario.es).
Y en este despoblamiento español las mujeres rurales juegan -oh, descubrimiento- un papel destacable. Todos los estudios y políticas orientados al desarrollo de las zonas rurales españolas sitúan a las mujeres como la esperanza, el futuro, la forma de evitar el vacío definitivo. Con motivo del Día Internacional de las Mujeres Rurales quiero hacer una reflexión sobre ello.
La ‘fiebre’ de los indicadores de género es relativamente reciente en el campo de los estudios de género y de las políticas de igualdad y, aunque lentamente, va haciéndose su hueco.
No me caben en un post la cantidad de recomendaciones y mandatos que a nivel nacional como internacional remiten a la utilización de indicadores de género en las políticas públicas y en los proyectos y programas de intervención social ¿A qué viene esta obsesión? Aquí te lo cuento brevemente.
Anoche fui al recuento. Casi seis horas de revisar, acompañar y contar papeletas.
La Mesa en la que yo estuve era peculiar. Estaba formada por un Presidente intrigante, agradable, pero de mirada perdida. Una de las vocales era brasileña; estaba cansada y tenía tanto acento que me costaba entenderla. Y el otro vocal era un hombre grande, con mala hostia aparente, desempeñando un perfecto rol de machitroll. Leer más
He repetido varias veces que hay quien dice por ahí que el «feminismo institucional» es cosa imposible, una quimera, un oxímoron.
Yo siempre digo que tenemos que detectar los caminos de la posibilidad.
Que la transformación es lenta y cotidiana. Que mejor hacer que no hacer nada.
Que las instituciones están formadas por personas.
Y que muchas de ellas quieren hacer feminismo.Leer más
Hablar de conciliación es un auténtico coñazo.
Vamos a dejar de hacerlo, ¿os parece?
La conciliación es la idea que se ha inventado el capitalismo para ir tirando con su conflicto irresoluble entre la necesidad de mano de obra femenina y la invisibilización de los trabajos reproductivos (que mayoritariamente asumimos las mujeres).
El capitalismo nunca va a dar respuesta a este conflicto. Es más, no es posible resolver este conflicto en un funcionamiento social y económico capitalista.
Uno de los aspectos que sobresalen cuando se aborda el fenómeno de las drogas desde el enfoque de género es la necesidad de que las características del consumo de las mujeres puedan emerger con nombre propio en los análisis, proyectos o políticas públicas.