En términos generales, diríamos que un indicador es instrumento que nos ofrece información sobre la realidad. En el ámbito de las Ciencias Sociales y, más concretamente, en relación con las intervenciones y políticas, los indicadores adquieren un sentido y relevancia particularmente destacables en tanto que instrumentos necesarios para una buena planificación. Aquí te digo por qué.
A grandes rasgos, los indicadores son instrumentos de análisis que ofrecen información en forma de datos sobre cualquier parcela de la realidad social. Hablamos de «indicadores» como herramientas de planificación en tanto que elemento de utilidad que facilita el propio proceso de planificación de intervenciones y le proporciona mejoría (ACSUR Las Segovias, 2014:25). Esta característica puramente instrumental nos remite a la eficacia de los procesos de intervención y nos mantiene en el campo de «la técnica».
Dicho esto, no se nos puede olvidar que la razón fundamental de cualquier intervención social o política pública es (o debería ser), esencialmente, mejorar la situación y condiciones de vida de las personas. Así que los indicadores sociales son, en última instancia, instrumentos cuyo fin último es (o debería ser) el de contribuir a maximizar los impactos positivos de las actuaciones sobre la vida de las personas.
Indicadores de diagnóstico
En el ámbito de la intervención social, los indicadores se hacen especialmente relevantes porque nos permiten conocer y cuantificar de forma concisa las posibles situaciones problemáticas que afectan a determinados grupos de población y que existen en el amplio contexto social.
En otras palabras, los indicadores son un instrumento clave de cualquier proceso de diagnóstico porque contabilizan e informan sobre el punto de partida.
Así, los indicadores de diagnóstico tienen como referencia unos objetivos primeros de análisis cuyo fin es dibujar el «estado de la cuestión» de las futuras intervenciones:
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- ¿Qué ocurre en este determinado lugar?
- ¿Qué grupos de población encontramos y cuáles son sus características?
- ¿Qué características de vida y sociales envuelven a las personas que habitan los contextos de intervención?
- ¿Cómo se desenvuelven las personas ante esta situación y cuáles son sus pareceres ante la misma?
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Indicadores de evaluación
A su vez, y con un mismo sentido de análisis, los indicadores son indispensables durante los procesos de seguimiento de las actuaciones y programas o en la fase de evaluación posterior a la implementación. En este sentido, en una Guía del año 2006, el PNUD se refiere a los indicadores como «las señales que nos permiten evaluar en el tiempo los impactos o cambios cuantitativos y cualitativos que producen determinadas acciones y políticas, programas y proyectos desarrollados» (PNUD, 2006:195).
Por tanto, con los indicadores conseguimos determinar cómo se ha transformado la realidad sobre la que se ha intervenido a lo largo de un periodo de tiempo determinado. Es decir, hasta qué punto se han cumplido los objetivos de intervención que se definieron durante la fase de planificación, qué logros o retrocesos, qué consecuencias y qué resultados han tenido las políticas y programas que se han puesto en marcha:
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- ¿Cómo se ha transformado la realidad sobre la que se ha intervenido?
- ¿En qué han mejorado las condiciones de vida de las personas?
- ¿Cómo se han reducido las brechas?
- ¿Qué opiniones y actitudes tiene y ha tenido el grupo al que se dirigía la política o la intervención?
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En definitiva, los indicadores podemos utilizarnos como herramientas que nos informan sobre la situación de partida antes de poner en marcha cualquier intervención, o como herramientas de evaluación ex-post que se utilizan durante la última fase del ciclo de intervención. .
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