Categoría: Consultoría de Igualdad

La opacidad de género en 3 puntos

En las políticas públicas hay una pelea que tenemos que seguir manteniendo: las actuaciones no pueden ser ciegas al género. Esta pelea es  extensible a cualquier –insisto: cualquier- ámbito de intervención. ¿Quieres saber por qué? Aquí te lo explico en 3 puntos.

Hay una convicción general que fundamenta todo el pensamiento feminista y que se resumen en la idea de que el conocimiento no es neutral al género. Si no lo es el conocimiento no lo son las actuaciones que de él se derivan. No lo son nuestras teorías, nuestras suposiciones ni nuestros criterios o valores. No lo es la manera en que actuamos. No lo son las leyes, las normas, los derechos ni los deberes. La neutralidad, podríamos afirmar, no existe. Y mucho menos para feministas como yo.

PUNTO 1.

El conocimiento siempre está influido por la cultura, los valores y los relatos contextuales. Por tanto, el conocimiento se genera desde ‘determinado lugar’:

Feminist standpoint theories reject the notion of an «unmediated truth, arguing that knowledge is always mediated by a host of factors related to an individual’s particular position in a determinate sociopolitical formation at a specific point in history. Class, race and gender necessarily structure the individual’s understanding of reality and hence inform all knowledge claims (Mary E. hawkesworth, «Knowers, Knowing, Known: feminist Theory and Cliams of Truth, 1996).

Si se genera desde determinado lugar, influye mucho quien ocupa ese lugar. Influye qué tipo de sujeto lo genera. Quién. Qué características tiene. Qué experiencia vital ha tenido. Qué factores de identidad le atraviesan.

Influye mucho si se coloca un sujeto como hombre o mujer. U otro género. O algo en transformación.

Influye sobre todo si se tiene o no una mirada androcéntrica del mundo.

Casi todo el conocimiento mainstream, por muy chulo que sea, se las da de neutral, pero es androcéntrico.

El conocimiento androcéntrico invisibiliza a las mujeres, sus historias, su valor, sus aportes. El androcentrismo pretende ser neutral, pero es espantosamente parcial.

 

PUNTO 2.

El género desempeña en la estructura social un ‘trabajo simbólico’ de primera magnitud (Fox Keller, 2001) . Las normas de género organizan silenciosamente nuestras estructuras mentales y los relatos del mundo que habitamos y construimos. Las normas de género interactúan con otras normas que nos colocan aquí o allá:

En mi condición de feminista negra, lesbiana y socialista de cuarenta y nueve años, madre de dos hijos, uno de ellos varón y miembro de una pareja interracial, suelo encontrarme incluida en diversos grupos definidos como diferentes, desviados, inferiores o sencillamente malos (Audre Lorde, La hermana, la extranjera: 2003).

El género interfiere en qué lugar ocupamos en la sociedad. Se asocia a las condiciones materiales y simbólicas de la feminidad y la masculinidad. Determina lo que se espera de nosotras y de nosotros. Condiciona qué valor se le da las cosas. Atraviesa nuestra subjetividad.

El género contribuye a articular todo un enorme engranaje de desigualdad social y ningún conocimiento, ninguna intervención, puede pretender actuar como si no existiera (aunque, de hecho, lo hace) (tenemos un gran problema).

PUNTO 3.

Las intervenciones neutrales al género no existen. Existen las opacas.

La opacidad de género presupone que tanto el conocimiento como las actuaciones que de él se derivan han sido diseñados con el fin de beneficiar a las personas en conjunto, sin que quepa distinción entre mujeres y hombres, u otras diferencias.

Se tiende a pensar que todas las intervenciones que no hacen expresamente una distinción de género son neutrales o no sexistas, es decir, que no se apoyan en un conocimiento sesgado ni generan efectos desiguales entre las personas.

Todo mentira.

Los condicionantes de género atraviesan la vida de las personas. El conocimiento o las intervenciones supuestamente neutrales sí pueden generar efectos negativos en la vida de mujeres y de hombres y en las relaciones que se establecen entre ambos.

No es neutralidad, eso es otra cosa.

Se llama opacidad de género. Y no es nada buena.

 

 

 

3 comentarios

Jorge

Hola Ana,

no se si entiendo bien el concepto de opacidad de género frente a la neutralidad de género. El argumento, creo, es que se asume que aquellas referencias que no mencionan explícitamente el género, pretenden ser neutrales, cuando en realidad esto no es necesariamente cierto, lo cual a su vez puede ser muy perjudicial puesto que esa pretendida «neutralidad», en realidad no lo es tal, y por tanto enmascara un sesgo de trato o juicio bajo una pretendida neutralidad.

No obstante, ¿se aplica ese concepto a cualquier intervención? Es decir, ¿opinas que es utópico conseguir verdadera neutralidad de género, o es el argumento que simplemente por ser opaco al género no implica que sea neutral y que para hacer una intervención realmente neutral es necesario un estudio más detallado o, precisamente, una referencia explicita al género y a la consideración de la cuestión en cuanto al género?

Y si fuera esta última (la referencia explicita a como la cuestión tratada se ve afectada por el género), ¿no aplicaría esto mismo a otros grupos discriminados? Esto pensando por ejemplo en si el concepto de opacidad de genero no tendría un equivalente en cuanto a cuestiones como el color de la piel o la orientación sexual (por poner dos ejemplos).

Un saludo

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ana.fv

Hola Jorge,

Qué maravilla de cabezas tenemos por aquí 🙂

Tus dudas son muy pertinentes. A ver si consigo explicarme mejor…

Tal y como lo relatas, desde las posturas feministas se parte de la hipótesis de que las intervenciones o procesos de construcción de conocimiento que se dicen “neutrales” en realidad llevan implícito un sesgo androcéntrico, partiendo del supuesto de que las personas son sujetos ‘universales’ que parten de la misma posición y protagonizan experiencias vitales similares (por tanto, no importa el sexo/género u otros factores de identidad como tú mencionas).

Mayoritariamente, la neutralidad de género ha sido asumida por estas posturas androcéntricas y no por otras más interseccionales porque desde la perspectiva de la interseccionalidad o los feminismos se asume que el sexo/género en conjunción con otros ejes de identidad sí determina el lugar que las personas ocupamos en el mundo. No podemos –actualmente- obviar la diferencia porque la diferencia es generadora de desiguadlad en nuestros sistemas sociales.

Por tanto:

1. “esa pretendida “neutralidad”, en realidad no lo es tal, y por tanto enmascara un sesgo de trato o juicio bajo una pretendida neutralidad”:
Sí, efectivamente.

2. “¿opinas que es utópico conseguir verdadera neutralidad de género”: Creo que ‘utópico’ no sería el calificativo que yo utilizaría. Creo que es una pregunta que actualmente no es oportuno plantear desde el ámbito de la intervención social. La neutralidad de género, acaso, puede emplearse para actitudes y planteamientos que quieren trascender la presentación binaria del género y focalizarse en las personas independientemente de sexo/género, pero desde el reconocimiento de que la diferencia entraña desigualdad (como ese ejemplo de ‘criar sin género’.. ¿recuerdas a Pop, el niño sueco?). Esto no se puede hacer desde nuestras instituciones/organizaciones actuales, desde la intervención social, porque las desigualdades de hecho existen y la neutralidad las obvia y las reproduce.

3. “¿no aplicaría esto mismo a otros grupos discriminados?” Totalmente. Por eso, desde muchas posturas feministas tratamos de ‘ampliar’ la mirada hacia todos aquellos ejes de desigualdad (variables de identidad) que atraviesan la vida de las personas y que, en conexión con el sexo/género, recrudecen la situación de discriminación/desigualdad o privilegio. Esto es lo que en la teoría se llama “interseccionalidad” pero que en políticas públicas, por ejemplo, se encuentra con el nombre de “desigualdad múltiple”.

Espero haber podido ayudarte a clarificar tus dudas. Si te interesa intercambiar otras perspectivas sobre todos estos temas, pásate por Facebook y búscame. En mi muro muchas personas vuelcan interesantísimos aportes.

Un saludo, y ¡hasta otra!

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