Categoría: Sin categoría

Sin feminismo no se puede

Estos días tengo la cabeza loca. Yo, como tantas otras personas, estoy mitad ilusionada, cuarto hiper-crítica y cuarto expectante.

Ilusionada

Avalo la idea de que Podemos nos ha hecho soñar y de que el cambio es un imperativo reclamado desde hace mucho tiempo. Defiendo la idea de política como construcción colectiva del mundo que queremos vivir. Suscribo las críticas al sistema establecido y la apuesta por la redistribución de la riqueza. Yo también creo en la ciudadanía, en su capacidad de agencia política, en su derecho a auto organizarse y decidir. Yo también entiendo la política como responsabilidad y compromiso.

Estoy ilusionada porque Podemos parece estar demostrando que la Política se pude hacer de otro modo, con otras estructuras, desde otros discursos y hacia otros horizontes. Estoy ilusionada porque lo siento palpitar de otra manera y porque, cómo negarlo, a mí también me atrae el éxito y me convencen los discursos emotivos.

 Híper crítica

Empecé con Podemos desde la crítica y el ojo a medio abrir. Coincidí con algunos de los cabezas visibles en la facultad de políticas, en esos años en que la poníamos patas arriba y pasábamos clase por clase convocando a las asambleas de estudiantes. No puedo decir que tenga ninguna anécdota horrible que contar de ellos, al contrario. Especialmente Pablo siempre me pareció un tipo honesto, apacible, inteligente. Pero ¡cómo somos a veces!, a pesar, incluso, de conocerle(s), y sin haber indagado profundamente en la formación política, critiqué su personalismo, su masculinismo reinante y la falta de un feminismo que me llegara de frente, sin tener que buscarlo.

Nos abanderamos en la idea de que la crítica es la base del pensamiento transformador pero olvidamos que con la duda en primer plano no hay manera de darle la oportunidad a nada. Aunque quizá porque yo soy también mujer de alegrías, me di la oportunidad de investigar, de hablar con otr@s y de leerlos.

Descubrí que el feminismo sí parecía haberse colado por algunos de los poros de Podemos (“Garantizar el derecho a la seguridad y a una vida libre de violencia para las mujeres y las personas LGTBI a través de un sistema jurídico de garantías que intervengan tanto en el ámbito público como en el privado”; “Plan de choque para la eliminación de la desigualdad entre las mujeres y los hombres en el ámbito laboral, para hacer efectivo el derecho humano al trabajo en condiciones equitativas y la independencia económica de las mujeres”; “Garantía de los derechos sexuales y reproductivos y el derecho a decidir sobre el propio cuerpo para todas las personas”) y mi crítica se suavizó.

Pero hacer política desde el feminismo no es solamente tener una comisión, un círculo, una lista cremallera, algunas propuestas. Esto lo ha hecho Podemos pero también otras formaciones que, incluso, pertenecen a la vieja política.

El feminismo se mastica, se palpa, se transmite e impregna la política desde un posicionamiento no androcéntrico, no patriarcal. Integrar la mirada y las propuestas feministas en la agenda política implican conocer la estrategia de la transversalidad y dotarla de medios y de contenido para que atraviesen cada punto de un programa, cada idea hilvanada, cada sueño a realizar.

Expectante

Que Podemos logre o no algunos de sus objetivos políticos es algo que no queda únicamente en las manos de sus cabezas visibles. Eso la distingue también de otras formaciones políticas. Mi expectativa es amplia, palpitante, impaciente.

Más allá de esos puntos específicos del programa en los que parece que las reclamas feministas se han materializado abiertamente, quedo expectante, sobre todo, ante la manera en que el feminismo va a conseguir permanecer y mantenerse como un elemento más en la estructura y en el contenido político de esta formación que, afortunadamente para quienes nos sentimos animales políticos, ha dado un giro radical en el panorama político institucional preexistente en nuestro país.

Quedan pues dos vías paralelas que hay que recorrer de forma acompasada para que Podemos sea verdaderamente una alternativa:

1) Potenciar desde los círculos el enfoque feminista, abordando la vida social desde el lugar que han ocupado tradicionalmente las mujeres e introduciendo, desde ahí, contenido y conceptos feministas que enriquecerán sin duda la propuesta política de Podemos y sumarán a su causa a parte del movimiento que hoy todavía no es del todo afín. Por ejemplo: redefinición de la noción trabajo; reconocimiento de las aportaciones de las mujeres en todos los ámbitos sociales; incorporación y manejo de instrumentos que facilitan la incorporación del enfoque de género en la elaboración de políticas; apuesta por la coeducación en el sistema educativo y en los programas docentes; potenciación de las redes y espacios de mujeres de todos los grupos de identidad y tanto en el ámbito civil como institucional; políticas sociales acordes con un reparto corresponsable de las responsabilidades familiares; lucha contra los estereotipos sexistas en todos los canales de comunicación; redistribución entre mujeres y hombres de los espacios de poder y toma de decisiones… entre otros.

2) Demostrar desde el discurso de la formación y por medio de sus cabezas visibles que el feminismo es un elemento integrante de la propuesta política, como ya lo es el igualitarismo económico y político, la democracia de base o el enfoque de sostenibilidad social y ambiental.

Ojalá estos sean nada más que los primeros pasos de un nuevo camino que se está empezando andar en nuestro sistema político institucional. Pero un camino que es nuevo de verdad, solamente, si se camina feminista.

Porque sin feminismo no podéis. No podemos. No se puede.

3 comentarios

Beatriz

¿Que quieres decir con su «masculinismo reinante»?Sería muy interesante una descripción desarrollada.

Reply
anafvm

Hola Beatriz, lo que he querido resaltar con esa expresión es el protagonismo masculino de la formación que fue especialmente evidente en sus inicios y arranque mediático. A día de hoy la visibilización y el papel jugado en primera línea política por parte de Teresa Rodriguez ha contrarrestrado la apabullante presencia mediática de las figuras masculinas de Podemos, lo que de ocurrir al inicio del «boom» probablemente me hubiera hecho expresarme de otra manera respecto a esta cuestión. Sea como fuere, entiendo «masculinismo» como una forma de expresión del androcentrismo: bien sea en lo relativo a la presencia/participación de las mujeres, bien respecto a la visibilización de «los mundos femeninos» o bien en la propia construcción del discurso político y en el modo de expresarlo.

¿Qué te parece, cómo lo entiendes tú? ¿Lo hubieras empleado para describir a la formación política?

Reply

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.