Categoría: Formación

e-learning en igualdad

Dirigir e-learning ha sido un importante reto en mi trayectoria como consultora de género. En estos tiempos del Covid-19 es también una enorme oportunidad para mantener mi rutina laboral a través de una conexión asíncrona, pero permanente con las personas que están al otro lado.

Comparto contigo 5 ideas para ser una buena tutora e-learning:

 

1. Céntrate en cada participante

Desplaza el foco desde los contenidos hacia cada persona del grupo, individualizando el aprendizaje. Parece obvio pero cuesta porque en los procesos formativos presenciales grupales sucede prácticamente a la inversa: la individualidad se difumina en el grupo y en los contenidos abordados.

Por supuesto, en la formación presencial la individualización también es necesaria y fundamental para garantizar el éxito formativo. Esto permite además atender las necesidades diversas que hay en los grupos. Lo que ocurre es que, dadas las características de la formación online, esta necesidad se acentúa.

 

2. Compartir y guiar

En la formación online estamos compitiendo contra una fuente abierta, inagotable y rica de conocimientos: internet. Por eso, como tutoras e-learning debemos poseer un conocimiento cualificado de los temas abordados. Tenemos que demostrar al alumnado un saber construido que no se encuentra en ningún buscador a golpe de un solo click.

Durante el proceso formativo, vuelca esos conocimientos y experiencias que te han colocado en la figura que desempeñas. Tu misión es compartirlos. Pero, incluso, estando altamente cualificada en la temática tratada, tu papel no se agota en el compartir: tu función también es guiar.

Guiar al alumnado implica dos procesos simultáneos. Por un lado, acompañarles en su propio ritmo de sensibilización hacia las materias más complejas y en la comprensión de los conocimientos abordados de tal manera que conformen una opinión propia. Por el otro lado, dotarles de herramientas para que después del curso sean capaces de encontrar y manejar recursos que influyan en su devenir formativo y profesional.

 

3. Favorecer el debate

Por muy individualizado que sea el aprendizaje y por muy cualificada que estés como tutora en procesos e-learning, tu papel será incompleto si no generas un espacio de aprendizaje colectivo. Porque, generalmente, los cursos de formación virtual están integrados por muchas personas y debes suponer que todas ellas tienen algo importante que aportar al grupo.

Así, creo que toda tutora virtual tendrá que ser capaz de generar conversaciones y debate interno en el grupo a través de los foros y los otros espacios colectivos.

Dinamizar estos debates en entornos e-learning no es siempre fácil. Requiere diferentes habilidades como centrar la conversación sin perder la formalidad, dar cabida a opiniones de distinto tipo (¡incluso aunque no nos gusten nada!), y mostrar la propia opinión como tutora haciendo uso de fuentes que la respalden.

 

4. Motivar, ¡siempre!

Es de sobra conocido que lo que se aprende verdaderamente es lo que pasa por el corazón. Por eso, en los procesos de e-learning debes tratar de reforzar todo lo posible la parte emocional del aprendizaje.

No obstante, al no poder hacer apenas uso de apoyos comunicativos clave (gestos, lenguaje corporal, tono de voz…), las dificultades para lograr una comunicación efectiva y emocionante son evidentes. Por consiguiente, en la formación virtual la motivación pasa a depender enormemente de la creación de contenidos interesantes y retadores para el alumnado. Pero también de un seguimiento individualizado de su progreso apoyado en una comunicación permanente y el justo refuerzo de sus avances. 

 

5. Buscar el aprendizaje significativo

Elena Auzmendi y Josu Solabarrieta (Universidad de Deusto: 2005) comentan que «precisamos lograr aprendizajes con un carácter significativo para quien los experimenta y construye, de modo que estén presentes de un modo relevante en la perspectiva personal los conocimientos, las destrezas, las actitudes y valores del discente; y puedan ser activados y utilizados por este cuando los precise».

Como tutora en e-learning, pon tu empeño en facilitar al alumnado la posibilidad de asociar los nuevos conceptos tratados durante el curso con la información, conocimientos y experiencias que ya poseía. De este modo, contribuirás a nutrir su estructura cognitiva y a facilitar su desarrollo formativo en un plano interno, subjetivo, crítico.

 

 

En resumidas cuentas, el mundo virtual ofrece inmensas ventajas para la formación y el aprendizaje continuado. Es ideal que el alumnado sea autónomo y autodidacta y eso debemos también potenciar. Y, cuando seamos tutoras virtuales, intentemos centrarnos en el aprendizaje individualizado, los conocimientos compartidos, la motivación y el aprendizaje significativo. Así quizá contribuiremos de verdad a transformar y ampliar nuestros mapas mentales.

 

 

 

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