Hay algo que siempre he admirado de la gente angloparlante: su absoluta gracia en la invención de nuevos términos. «Mansplaining» es uno de ellos.
¿Quieres saber de qué va?
Estas son sus claves: interrupción + arrogancia + hombre.
«Mansplaining» es:
- Cuando un hombre interrumpe el discurso o intervención de una mujer, generalmente con una actitud condescendiente o arrogante.
- Eso que hace un hombre cuando explica algo a una mujer con actitud de superioridad, sin suponer que la mujer puede saber más que él y ¡sin que si quiera se lo plantee!
- Cuando em una conversación mixta el hombre da por sentado que sabe tanto o más que una mujer sobre un tema, aunque no sea su ámbito de estudio, profesión, dedicación o interés cotidiano.
A mí me ha pasado muchas veces. Con hombres cercanos y queridos y con completos desconocidos.
Suele ser así: surge una conversación de la que eres parte, comienzas a hablar y a exponer tu punto de vista y, de repente, ¡zas!, Mansplaining.
Te cortan.
Te sobreentienden.
Te interpretan.
Te explican.
Te ponen «ese tono» insoportable. Y «se yerguen» de esa manera tan arrogante.
Y entonces empiezas a sentir la cara caliente y el corazón palpitante. Y sientes ganas de sacar el matamoscas.
Seguro que sabes de lo que hablo.
Quizá te ha pasado pero no sabías qué sucedía exactamente, si le había sucedido a más mujeres y si eso tenía un nombre propio.
Pues sí, lo tiene. Por lo menos en inglés: mansplaining.
¿Y qué tenemos que hacer las mujeres frente al «mansplainig»?
No permitirlo.
Recuperar la palabra. Hacer sonar nuestra voz.
Buscar alianzas en el entorno. Ser alianza de otras muejeres cuando seamos testigos.
Hacer uso del sarcasmo.
Subir, subir, subir. Respirar para sofocar el calentón.
Reconocernos en nuestra experiencia. Defender nuestros conocimientos.
Marchar cuando no merezca la pena.
Y tener siempre un matamoscas a mano.

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