Categoría: Puntos de vista

Urbanismo feminista

El urbanismo feminista nace de un enfoque que busca analizar y transformar el espacio urbano teniendo en cuenta la dimensión de género en la planificación y reconstrucción de las ciudades. Solo de esta manera se podrá hacer de las ciudades lugares más inclusivos y equitativos.

Para comprender mejor este enfoque, te propongo examinar sus fundamentos y consultar algunas referencias.

Urbanismo Feminista vs. Urbanismo Ortodoxo

El urbanismo feminista busca una planificación más inclusiva, sostenible y participativa que promueva la convivencia en el espacio público. Es decir, busca materializar en las políticas de planificación urbanística un modelo que atienda las necesidades de los diferentes grupos de población (infancia, personas ancianas, mujeres embarazadas, personas con movilidad reducida, personas neurodivergentes…).

El urbanismo feminista critica el enfoque del urbanismo ortodoxo porque ha respondido a un modelo social y económico específico, centrado en las necesidades y movilidad de un sujeto masculino individualista, orientado a la producción, zonificado en áreas desconectadas entre sí y alejado del medio y de su contexto natural.

El urbanismo ortodoxo:

      • >-< Ha priorizado diseños centrados en el automóvil.

Así, la planificación urbanística persigue facilitar el flujo de coches mediante la construcción de carreteras y autopistas en detrimento de otras formas de movilidad urbana más sostenibles. Las consecuencias más evidentes son la contaminación ambiental (ruido y gases) y la inseguridad peatonal.

      • >-< Trivializa las necesidades del transporte público accesible y colectivo.

En estrecha línea con lo anterior, todos los datos indican que son principalmente mujeres las usuarias del transporte público. Por tanto, si la planificación urbanística no promueve o facilita el acceso y uso de este tipo de transporte, serán ellas las que se vean más perjudicadas.

      • >-< Omite la relación de los cuidados con el entorno y movilidad urbanas.

La carga desigual de los cuidados perjudica principalmente a las mujeres y conlleva necesidades específicas de movilidad y de acceso a los servicios esenciales. El urbanismos ortodoxo no da respuesta a la necesidad de reorganizar los espacios cotidianos para facilitar el desenvolvimiento diario de las personas cuidadoras y las personas dependientes.

      • >-< No ha tenido en cuenta las diferencias en la percepción de seguridad de las personas según su identidad sexual o de género.

Si los espacios públicos carecen de iluminación adecuada o están aislados, se disuade a muchas personas, especialmente a las mujeres o personas en situación de vulnerabilidad, de utilizar estos espacios, particularmente durante la noche.

      • >-< Desconsidera las necesidades de la ciudadanía infantil y juvenil.

La población infantil y joven merece un acceso fácil, seguro y gratuito a áreas de juego y ocio activo. La planificación ortodoxa elimina a las niñas de las ciudades, relegándolas a plazas que no se prestan al juego individual o colectivo lo que además, indirectamente, las redirige a zonas deportivas de pago o al centro comercial.

      • >-< Zonifica el territorio.

Este enfoque responde a una estricta separación de las áreas residenciales, comerciales, de trabajo o de ocio. La monofuncionalidad de cada una de estas áreas obliga a las personas a asumir largos desplazamientos, generalmente en vehículo privado.

 

Fundamentos del urbanismo feminista

En definitiva, la perspectiva de género en el urbanismo pretende democratizar la definición de necesidades y la toma de decisiones en la planificación urbana. Su meta no es sobreponer los intereses de un género sobre otro, sino equilibrar la balanza y apuntar a la reconfiguración del paradigma urbanista.

El urbanismo con perspectiva de género implica:

      • Reconocer la diversidad de roles y necesidades cotidianas de las personas en la ciudad. Por ejemplo: integrar áreas de cuidados y juego infantil en parques y plazas; ofrecer una variedad de áreas de descanso inclusivas para personas con diferentes necesidades.
      • Eliminar los privilegios de género en el diseño de espacios urbanos. Por ejemplo: transporte público (que principalmente usan mujeres) disponible y accesible; priorizar la movilidad peatonal teniendo en cuenta el desplazamiento de carritos, mayores, personas con movilidad reducida.
      • Plantear fórmulas alternativas de uso y movilidad de los espacios urbanos. Por ejemplo: facilitar la utilización de medios de transporte sostenibles; diseñar espacios verdes que incluyan actividades para personas de todas las edades.

 

Referencias feministas y otros enfoques

El enfoque del urbanismo con perspectiva de género ha sido planteado por numerosas teóricas. Por otro lado, hay otras que, sin desarrollarlo expresamente, ofrecen una mirada complementaria que enriquece el urbanismo feminista. Aquí señalo solo algunas obras de referencia:

1 | Dolores Hayden, «The Grand Domestic Revolution: A History of Feminist Designs for American Homes, Neighborhoods, and Cities» (1982).

Ella fue pionera en teorizar sobre cómo las mujeres, a través de su rol doméstico y comunitario, aportaron ideas para la planificación urbana. La obra pone en valor la importancia de reconocer el trabajo doméstico y de cuidados en dicha planificación.

2 | Saskia Sassen, «The Global City» (1991).

El tema central es explorar las dinámicas de las grandes urbes en un mundo global desde una perspectiva plural que tiene en cuenta el poder financiero, la gentrificación, la diversidad cultural y la gobernanza. La autora presta atención a cómo afectan estas dinámicas a las relaciones de desigualdad y exclusión entre personas.

3 | Clara Greed (ed.), «Social Town Planning» (2019).

Desde una amplia perspectiva social, este libro coral ofrece una visión integral de cómo las decisiones de planificación urbana pueden influir en la equidad y la calidad de vida de las personas. Para ello, destaca cuestiones como la movilidad universal, los procesos participativos y la vida comunitaria, el transporte, los servicios y el género.

4 | Jane Jacobs, «The Death and Life of Great American Cities» (1961).

La autora es un referente indiscutiblemente en la planificación urbana. Aun sin tener específicamente una visión de género, su enfoque en la comunidad y en cómo las personas interactúan en el espacio urbano, facilita la comprensión de cómo la visión feminista puede integrarse en la planificación urbana participativa, generando ciudades más inclusivas, vitales y habitables.

5 | Col·lectiu Punt 6, «Urbanismo feminista» (2019).

No puedo cerrar el listado sin incluir a este colectivo referente del urbanismo feminista en el contexto español. Su trabajo se centra en explorar de qué la conjunción entre patriarcado y capitalismo se evidencian en la planificación urbana ortodoxa. Su libro es una clara apuesta por planificar ciudades sostenibles, orientadas a la vida comunitaria y a las diferentes necesidades de una ciudadanía diversa.

 

Si quieres seguir indagando, en este enlace del Master of International Cooperation Sustainable Emergency Architecture se recopila un amplio listado de referencias sobre urbanismo feminista, incluyendo referencias a la arquitectura y otros campos relacionados. Las propuestas son numerosas ¡atendámoslas!

 

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