Hoy es mi último día de trabajo en una de las empresas que han sido punteras en la incorporación transversal del principio de igualdad en la Adminsitración Pública; muchas la conoceréis: Likadi. Hoy es mi último día y quiero hacer balance.
Qué me llevo
Me llevo, sobre todo, amplios aprendizajes técnicos. Mi posicion profesional se ha reforzado y consolidado en el ámbito de la transversalidad de género. Me encuentro en un lugar cómodo desde el que contribuir a lograr que el enfoque de género se normalice en los procedimientos de las organizaciones. He ganado competencias para acompañar en el uso de las herramientas de género y transmitir los conocimientos necesarios para que sean empleadas de forma autónoma y cotidiana.
Qué me quedo
Me quedo, para siempre, un bofetón. Quizá fueron dos. Me quedo algún nudo en el estómago. Me quedo la enorme certeza de que no estuve equivocada tantas veces como se me quiso hacer creer. Me quedo un poquito más de acercamiento a mi misma: sabiendo que soy más bocazas de lo que quisiera, segura de que hay que aprender a callar a tiempo y convencida de que ser prudente no significa ser sumisa. Me quedo, también, unas insustituibles charlas con mis compañeras y mis jefas.
Cómo lo veo
Veo que Likadi ha sido grande. Veo que ha conseguido cosas que ninguna otra empresa ha conseguido ni peleado hasta ahora en este país. Veo que Likadi ha puesto los cimientos. Pero no puedo evitar ver también que es necesario renovarse, respirar al compás de los tiempos, abrise a las otras magníficas ideas y métodos que tienen las otras personas. Creo que el modelo de liderazgo debe ser cambiado. Creo que el liderazgo feminista no puede reproducir las formas que el liderazgo patriarcal. Creo que el feminismo debe empoderar, sobre todo, más que todo, y creo que cuando no lo hace es porque algo se está haciendo mal.
Hacia dónde ir
¡Siempre hacia adelante!
Despúes de unos días de crisis, pero gracias al soporte incondicional de mis imprescindibles, no respiro más que frescor en el camino que me queda. Quiero quedarme en este ámbito del feminismo: quiero construir Administración Pública con enfoque de género; quiero contribuir a hacer mejores políticas; quiero facilitar el tránsito de la teoría a la práctica. Quiero lavar la cara al feminismo técnico; puede parecer un aburrimiento pero es absolutamente necesario.
Una nueva etapa.
Qué suerte tengo.
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