Cuando parecía que los partidos políticos estaban abocados al fracaso, apareció Podemos generando ilusión y utopía de cambio. No diré que yo no me ilusioné.
Podemos tira fuerte y se mantiene en la cresta de la ola pero dentro de unos años, antes de que nos demos cuenta, Podemos será un partido más con su propio rol (de casta) en las instituciones.
No diré que no creo en los partidos políticos. Simplemente me reconozco más haciendo política en otros espacios. Esos espacios, sin que los medios se hagan tanto eco como debieran, son los que están copando inexorablemente el ámbito de la Política grande, con mayúscula. Ni si quiera buena parte de quienes ahora apoyan a Podemos, de quienes militan en otros partidos o son parte activa de los movimientos sociales parecen darse cuenta de este enorme detalle: la política, cada vez más, se hace fuera de los partidos.
Las plataformas ciudadanas surgidas en estos últimos meses para concurrir al año electoral 2015 son precisamente una manifestación de la forma de hacer política que se está verdaderamente forjando hoy y que no hace sino crecer a pasos agigantados.
En una sociedad que avanza tan rápido, que se sostiene sobre una red compleja de partes que se conectan entre sí de forma intencionada, la política institucional –lo quiera o no- va a ir siendo protagonizada por movimientos o grupos políticos con un pie dentro y otro fuera del stablishment. A la gente le da por criticar las etiquetas pero yo prefiero utilizarlas como gran metáfora de lo que realmente somos: identidades movibles. A través de esas identidades múltiples y movibles nos encontraremos en espacios de afinidad y proyectos políticos compartidos.
En Ganemos Majadahonda hemos tenido una oportunidad única de hacer política de futuro, pero sus propias integrantes lo hemos impedido. Nuestros errores se han situado, a mi modo de ver, entre lo cínico, lo prepotente, lo pueril y lo prejuicioso. No hemos sabido ver que una misma regla no puede ser aplicable a diferentes circunstancias: deberíamos haber ajustado nuestro planteamiento estratégico a la realidad y necesidades de nuestro municipio.
Pero no lo hicimos.
No supimos unirnos en el proyecto político propio de Ganemos Majadahonda. No supimos encontrarnos con la gente que integrábamos esta iniciativa sino que fuimos a chocar con las siglas que esas mismas personas portaban como algunas de sus etiquetas. Olvidándonos de que nuestras etiquetas son sólo una parte de nuestra identidad.
Así que el tiempo nos dirá.
Ahora todavía saboreamos la sensación de estar en el lado del éxito, o nos aferramos con sólida lealtad a una formación política con historia, o nos sentimos inocentemente orgullosas de no tener unas siglas por encima de nosotras que piloten nuestro barco.
Ahora todavía es el momento de despotricar contra el adversario, de creer hipócritamente que lo hicimos mejor que el otro, de seguir manteniendo viva la ilusión (antigua, nueva, qué más da) de que defendemos unos ideales puros, un proyecto transformador, una identidad primigenia que defiende a las de abajo, a los de la izquierda, a los pobres, a las precarias.
Pero el tiempo nos dirá.
Nos dirá que, en Majadahonda, si no conseguimos construir un proyecto común no tenemos nada que hacer. Nos dirá que la mayoría social lo que verdaderamente se merece es que demostremos humildad y capacidad de entendimiento hacia quien se define con etiquetas diferentes a las nuestras. El tiempo nos demostrará que es fácil caer en los mismos errores pero que lo importante es reconocer haber caído porque sólo se construye de pie y sólo se construye de verdad con l@s demás.
Mientras tanto, algunas seguiremos haciendo política de otras formas. Seguiremos arrojando luz sobre esas sombras que ni los de antes ni los de ahora han podido o han querido todavía alumbrar (feminist perspective, entre otras). Quizá es que el cambio de verdad no existe. O quizá es que sólo existe en la cotidianidad, en la política del día a día y no en esa Política que no tiene ni voz ni cuerpo propio ni uniones reales con la gente.
Mientras tanto, algun@s nos quedamos aguardando a que la semilla plantada en Ganemos Majadahonda comience a crecer en alguna próxima primavera.
Deja una respuesta