Una de las cosas más importantes para triunfar cuando impartes una formación es que estés a gusto contigo misma y con la materia que vas a impartir. Este mandamiento cósmico nos remite a la idea de partida para triunfar como formadora: es fundamental tener serenidad.
Aquí te comparto 5 ideas más para que triunfes en tus siguientes experiencias como formadora.
Sin duda, nuestra auto percepción como formadoras irá variando a lo largo del tiempo y en el transcurso de una misma formación pero cuanto más positivo sea nuestro arranque más fácil se hará todo el desarrollo formativo posterior. Así que, recuerda: si cuando entras por la puerta sientes autoconfianza, tranquilidad y optimismo, ten por seguro que tienes buena parte del éxito asegurado.
Tip 1 para triunfar: Prepárate
La primera regla para triunfar es no llegar nunca tarde a la primera sesión de una formación. Aunque des mil disculpas (y sean ciertas) la impresión que tendrán de ti es de «llegatardista» y eso será difícil de enmendar.
Siempre hay cosas que preparar para el inicio de la formación, así que llega 15 minutos antes: asegúrate de que el equipo está listo y de que todo funciona bien; proyecta la primera diapositiva de tu presentación, dispón tus papeles y rotuladores sobre la mesa, la botella de agua, quítale el sonido al móvil… ¡¡y vete al baño!!
Ábrete
Una segunda regla para triunfar en tu formación es practicar tu puesta en escena. El día antes del inicio, practica la presentación que harás de ti misma: ponte de pie en tu despacho o en tu casa y ensaya. Habla en voz alta, deja que tus manos se muevan y también tus pies. Imagínate frente a un alumnado atento contando quién eres, por qué estás ahí y qué vais a conseguir en la formación.
Si te sientes confidente, cuéntales algo de ti, una anécdota, un detalle personal, algo gracioso.
Atiende
Una tercera regla para triunfar, esta es de oro, es recordar que el grupo frente al que te encuentras está formado por personas como tú. Quizá tengan cosas en común, quizá sean totalmente dispares, pero todas las personas que integran el grupo tienen una individualidad: préstales atención desde el principio, contribuye a que se sientan importantes. Porque son importantes, y mucho: el buen funcionamiento grupal es una clave esencial para el éxito formativo.
Algo que puedes hacer es apuntar los nombres del alumnado al inicio de la formación y tratar de aprendértelos lo más rápido posible. De este modo, podrás dirigirte a cada persona por su nombre y evitarás el farragoso cartelito sobre la mesa. Cuanto más practiques este ejercicio, más rápidamente te acordarás la siguiente vez, ¡ejercicio sano para tus neuronas!
Contacta
Una cuarta idea triunfadora es la de tomar autoconciencia corporal. No solo es importante una relación intelectual con el alumnado sino también… ¿cómo decirlo?…. Afectiva.
Ya sabes que hay un tipo de comunicación muy influyente que supera la influencia de nuestras propias palabras: la comunicación no verbal. Por eso, es necesario que cuides tu manera de expresarte gestualmente, que hagas uso del espacio de una forma segura pero no invasiva, que muestres corporalmente que las personas que hay en el aula te interesan, que te interesa lo que dicen.
Para ello, trata de mantener siempre contacto visual con quien te habla, no te cortes en sonreír pero muestra seriedad cuando comenten algo importante. Y acércate a las personas del grupo, no te quedes inmóvil junto a la pizarra o parapetada detrás de la mesa. Establece contacto también acortando la distancia, ¡sin tirarte al cuello de su camisa, claro!
Tip 5 para triunfar: Provoca
Y una quinta regla que te hará triunfar es recordar que no hay nada más entretenido que comenzar una formación despertando a las leonas que todas llevamos dentro.
Despertarlas, no azuzarlas.
Si mantienes unas formas calmadas y amigables en el inicio de la formación, puedes permitirte comenzar los contenidos con un tema que cause cierta chispa en el alumnado: un tema de actualidad, una imagen llamativa, una cuestión picante vinculada con los contenidos de la formación.
Algo que les estimule intelectualmente y que, aunque no entren al trapo en ese momento, les mande un mensaje claro: hemos venido aquí a darle al tarro y lo vamos a hacer entre todas con las mejores formas posibles.
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